viernes, noviembre 28

Crear Buena Suerte consiste únicamente en crear circunstancias

"La Buena Suerte" Escrito por dos autores catalanes (Fernando Trías de Bes y Álex Rovira) este excelente y ameno libro nos da las pautas necesarias para que nosotros mismos podamos crear nuestra propia buena suerte. Y es que la suerte esta ahí y a cualquier nos puede llegar; sin embargo, la buena suerte debe crearla uno mismo, o al menos, poner los medios necesarios para que la buena suerte haga su aparición.
 
 
> La primera regla de la buena suerte establece que la suerte no dura demasiado tiempo porque no depende de uno, mientras que la buena suerte la crea uno mismo, por lo que dura siempre. 
 
 
> La segunda regla de la buena suerte dice que muchos son los que quieren tener buena suerte, pero pocos los que decidimos ir a por ella.  
 

> Vayamos con la tercera regla, que sostiene que, si ahora no tienes buena suerte, tal vez sea porque las circunstancias (tus circunstancias) son las de siempre. Para que la buena suerte llegue es conveniente crear nuevas circunstancias.  
 

> Entramos en la cuarta regla de la buena suerte: preparar las circunstancias para la buena suerte no significa buscar sólo el beneficio propio, sino que crear circunstancias para que otros ganen también atrae la buena suerte, que no es más que compartir. 
 

> Nos vamos ahora a la quinta regla, cuyo enunciado es el siguiente: si se deja para mañana la preparación de las circunstancias, la buena suerte quizá nunca llegue. Crear circunstancias requiere dar un primer paso y hay que darlo precisamente hoy, es decir, no hay que postergar, sino perseverar.  
 

> Nos vamos a la sexta regla, que enseña lo siguiente: Aun bajo las circunstancias aparentemente necesarias, a veces la buena suerte no llega. Busca en los pequeños detalles circunstancias aparentemente innecesarias, pero imprescindibles. Hay que mimar el detalle.  
 

> Abordemos la séptima regla, que señala que, a los que sólo creen en el azar, crear circunstancias les resulta absurdo, mientras que, a quienes se dedican a crear circunstancias, el azar no les preocupa.  
 

> Nos vamos a la regla número ocho, que sentencia que nadie puede vender suerte. La buena suerte no se vende. Hay que desconfiar de los vendedores de suerte.  
 
 
> La novena regla mantiene que, cuando ya se han creado todas las circunstancias, hay que tener paciencia y no abandonar. Es decir, para que la buena suerte llegue, confía.  
 

> La décima y última regla afirma que crear buena suerte es preparar las circunstancias a la oportunidad.


jueves, noviembre 20

El arrepentimiento es como la mordedura de un perro en una piedra: una tontería.

El valor de lo que hacemos y sentimos está en función de su utilidad. Si algo puede cambiarse en el presente, merece la pena que invirtamos todo nuestro esfuerzo. El problema, es cuando nos consume algo que hicimos en el pasado y que ya no tiene vuelta atrás.
Al pensar en el pasado podemos experimentar sentimientos de arrepentimiento o de vergüenza, y al pensar en el futuro, sentimientos de deseo o de miedo. Pero todos esos sentimientos surgen en el momento presente y lo afectan. La mayor parte del tiempo el efecto que causan no nos ayuda ni a ser felices ni a sentirnos satisfechos. Hemos de aprender a afrontar esos sentimientos. Lo más importante que debemos recordar es que el pasado y el futuro se encuentran en el presente, y, si nos ocupamos del momento presente, podremos también transformar el pasado y el futuro.

Por consiguiente, en lugar de morder una piedra es mejor que nos planteemos qué podemos hacer aquí y ahora, con lo que tenemos y lo que nos queda, para mejorar nuestra vida.

 

 

Fuente: Nietzsche para estresados. 99 Píldoras de filosofía radical contra las preocupaciones. Allan Percy

viernes, septiembre 26

Dependencia emocional

Se trata de  un problema por el que se sufre una especie de “enganche” de la pareja porque existe una necesidad muy grande y continua de afecto. 

Es algo similar a lo que se sufre con la dependencia del alcohol, por ejemplo. Afecta tanto a hombres como  a mujeres. La diferencia está en que los hombres que la sufren tienden a ocultarlo mucho más por vergüenza, agravándose de este modo el problema. 

Esta situación puede vivirse de forma puntual con una relación, pero lo más frecuente es que el patrón se repita con todas y cada una de las parejas que se tienen. Esta dependencia no se debe a razones más o menos objetivas (económicas, minusvalías de algún tipo…), sino que es puramente necesidad de amor. Quien la sufre es una persona con un miedo tremendo a la soledad y que no concibe su vida sin pareja. 
 

Un hecho que resulta llamativo es que, generalmente, el dependiente emocional busca parejas dominantes, de carácter fuerte, más bien egoístas y egocéntricas, desconsideradas, posesivas e incluso déspotas, capaces de llegar al maltrato físico y/o psicológico,  a las que idealizan en extremo. Se vive por y para la pareja. 
 

El afectado, a pesar de que reconoce este maltrato y desconsideración, no puede dejar de estar enganchado. Es capaz de pedir perdón, incluso, por cosas que no ha hecho, con tal de que su pareja “lo quiera” y esté contenta. La colmarán de regalos y atenciones y prácticamente vivirán alertas a los gestos de la pareja para que esté contenta en todo momento. 
 

En la base del problema, se encuentra el hecho de una bajísima autoestima que lleva al dependiente emocional a despreciarse. Son críticos consigo mismos hasta el extremo y por ello se sienten culpables, incluso, del desprecio que puedan sufrir por parte de sus parejas. Lejos de mejorar, esta situación empeora con el paso del tiempo agudizándose esa relación de “dueño/a-súbdito” que se establece en la pareja. 
 

El desprecio del otro aumenta a medida que también lo hace la sumisión de quien sufre dependencia emocional. Es frecuente también que la relación se rompa, pero no importa. El dependiente volverá una y otra vez a la pareja, del mismo modo que el alcohólico o el drogadicto vuelve a consumir. Con cada vuelta la situación empeora pues crece el desprecio de la pareja y disminuye la dignidad y la autoestima del dependiente. Quien sufre de dependencia emocional necesita de su pareja-verdugo y si no la tiene, aparece algo similar al síndrome de abstinencia. 
 

Se producen, incluso, enfrentamientos y rupturas con amigos o familiares por defender esta situación. El dependiente nunca llega a ser feliz. Sufre problemas de ansiedad y/o depresión y un cierto desprecio por sí mismo al ser consciente de que se está arrastrando ante alguien que no sólo no lo ama sino que incluso lo maltrata. Las personas cercanas al dependiente intentan hacerle ver que esa relación que mantiene es patológica y que sólo le hace sufrir. El dependiente se enfrentará a ellos por defender su relación e incluso exigirá a sus familiares un trato especial hacia su pareja, del mismo modo que él hace. 
 

En su mente la persona con la que está es superior y todos los demás deben reconocer esto y hacer que esa persona sea feliz y tenga todo cuanto desee.  Esto conlleva, en la mayoría de los casos, una ruptura con sus familiares y amigos que hará que su dependencia aumente al encontrar como único apoyo en el mundo a la pareja. El aislamiento al que ellos mismos se conducen hace que el problema aumente.  
 

También el dependiente puede llegar al abandono de sus propias responsabilidades laborales por satisfacer necesidades de la pareja. El deterioro social, familiar, laboral y personal del dependiente emocional puede llegar a ser tremendo. Si hay hijos, con mucha frecuencia se observan comportamientos de falta de respeto e incluso desprecio por parte de ellos hacia el progenitor dependiente. Aprenden a no respetar a alguien que se muestra tan falto de dignidad. También existe mala relación hacia el otro progenitor puesto que, como ya he indicado, suele ser una persona egocéntrica y desconsiderada que tampoco muestra cariño o preocupación por sus hijos. 
 

Es fundamental iniciar cuanto antes la terapia psicológica para conseguir desengancharse de la pareja. No hacerlo puede tener consecuencias nefastas puesto que, con frecuencia, se pasa al maltrato físico y/o psicológico. Sin embargo esto que es tan obvio, resulta muy difícil que se lleve a la práctica. 
 

Como en cualquier otra adicción, es preciso que quien lo sufre reconozca que tiene un problema y desee buscar solución. Esto resulta harto difícil puesto que el dependiente siempre encontrará mil y una excusas para justificar su comportamiento: “No lo/la conocéis bien” “Me quiere muchísimo” “Yo también tengo la culpa”… No funcionará nunca ninguna terapia que no sea iniciada por propia voluntad y como en las demás adicciones, el primer paso sería la ruptura total con la pareja para conseguir salir de la situación problemática. 


¿Cómo puede actuar la familia en estos casos? No cediendo nunca para no fomentar la situación. Es decir, no hay que hacer caso al dependiente que pretenderá que se siga tratando con deferencia, respeto absoluto y sumisión a su pareja. Se trata de no abandonar al dependiente pero no ser cómplice de su relación patológica. 


Sólo se puede hablar con el enfermo y explicarle que siempre podrá contar con la ayuda de la familia cuando desee poner fin a la situación. Si esto se produce, acogerlo e impedir todo contacto con la pareja y acompañarlo a terapia. El psicólogo no sólo trabajará con el dependiente, sino que irá dando pautas a los familiares sobre cómo actuar a situaciones concretas.
 
 

Fuente: http://psicopedia.org/2588/dependencia-emocional-una-adiccion-destructiva/


jueves, agosto 21

Cómo dejar de sentirse víctima de las circunstancias


Porque a veces nos sentimos como victimas y cuál es el beneficio de sentirse como tal. Es a través de esta comprensión que podremos trascender este estado que, en muchas ocasiones, ocasiona mucho sufrimiento.

Y es precisamente a través de una mejor comprensión de este rol que podemos empezar a trascender el modelo de la victima. Pero para esto, veamos primero el concepto de responsabilidad y qué significa.
 
La responsabilidad es la habilidad de elegir una respuesta frente a las circunstancias. La palabra clave de esta distinción es “elegir”. La responsabilidad surge siempre desde tener conciencia sobre la libertad que tenemos de elegir una respuesta.
 
 
Una persona está siendo responsable cuando se da cuenta de que elige su respuesta. Aquí la persona se ubica en el papel de protagonista. En el extremo opuesto, cuando la persona no quiere o no puede reconocer esa libertad última, la ubicamos en el rol de victima de las circunstancias.
 

El protagonista tiene un grado de aceptación de lo que no puede cambiar. La victima tiene una especie de queja o crítica hacia lo que no puede cambiar y viene de un lugar de mucho sufrimiento. Ante una situación indeseada, la victima adopta un lenguaje culpador.
 

El lugar de victima es un lugar de mucho dolor e impotencia. Aun así, tiene grandes beneficios secundarios. Uno de ellos es el de no hacerse responsable. ¿Y cuál es el beneficio de no hacerse responsable? La comodidad, ya que la victima ve al otro como el responsable de resolver su propio conflicto. Es un rol que da tranquilidad, comodidad y seguridad. Uno se siente más tranquilo, cómodo y seguro cuando ve al otro como responsable de lo que le sucede. De esta manera la victima invoca un alto grado de inocencia en donde los errores no provienen de sí mismo.
 

Cabe destacar que el permanecer en este rol también genera una cuota de sufrimiento y una eventual incomodidad. Es cansador ser siempre la victima. Sin embargo, aún en la incomodidad de ser victima, los beneficios permanecen. Aún siendo un lugar de sufrimiento, es un espacio de protección.

 
Todos tenemos una parte interna en la que muchas veces nos autoculpamos por ciertas cosas. Cuando sentimos culpa no es porque hay alguien de afuera que nos culpa, sino que hay algo en el afuera que resuena con nuestro culpador interno. Ese culpador o crítico interno puede ser muy despiadado. Entonces muchas veces elegimos estar en la postura de victima para no tener que escuchar todo el tiempo a nuestro culpador interno. 

Imagina una situación en la que algo haya ocurrido por tu culpa. Lo primero que uno intenta hacer en estas situaciones es alivianar un poco esa carga para estar más en paz con uno mismo. Nos decimos “Bueno, fue mi culpa…pero estaba cansado, así que es perdonable”.


Entonces un culpador interno muy crítico promueve la postura de victima. De esta manera nos protegemos de nuestro propio autoculpador. Además de generar comodidad y cuidado de los riesgos del fracaso, la victima también genera satisfacción, ya que al verse a sí mismo como inocente se siente más bueno en el fondo.  

¿Por qué entonces una persona asume el rol de victima? Porque de esta manera se cuida, siente que se quiere más y genera satisfacción. Así que el verse como una victima ayuda a  cuidar o proteger una autoestima débil.  La victima es básicamente una persona con autoestima baja y un crítico interno alto, por eso se protege tanto.
 

Si una persona se siente cómoda y tranquila en su rol de víctima, entonces no podemos sacarlo a patadas de ese estado. El forzar la salida de la victima no contribuye a un mayor sentido de responsabilidad. De esta manera no generamos recursos en la persona para que salga de ese rol. Hay que brindar herramientas para desafiar creencias y pensamientos. Diseñar desafíos y acciones.    

“El ser humano llega a ser libre cuando aprende a utilizar su sistema mental en lugar de ser manejado por él” 

¿Libre para qué? Para elegir su pensamiento. Pero puede que, aún siendo concientes de nuestra libertad para elegir, elijamos sentirnos como victimas ¿Qué sucede entonces cuando aún nos encontramos en un lugar de tensión y descontento con la realidad?; ¿puede ser que a pesar de saber todas estas distinciones entre victima y protagonista, nos sintamos tensos y descontentos con la realidad? Claro que si! Aún sabiendo todo esto, a veces nos seguimos sintiendo como victimas.

 

 

Fuente: http://www.rodrigoacevedo.com.uy/como-dejar-de-sentirse-victima-de-las-circunstancias/


jueves, julio 3

“Quizás una de las mejores formas de crear luz en el alma es un buen libro”.



Os dejo un listado de libros recomendado por Alex Rovira, de muchos doy fe que he obtenido luz en el alma.   

 
Albom, Mitch, “Martes con mi viejo profesor”, Maeva. 
 
Assagioli, Roberto, “El acto de voluntad”, Trillas. 
Bach, Richard, “Juan Salvador Gaviota”, Javier Vergara Editor. 

Bettelheim, Bruno, “Psicoanálisis de los cuentos de hadas”, Crítica. 

“Bhagavad Gita”. Bruguera. 

Berne, Eric, “¿Qué dice usted después de decir hola?”, Grijalbo. 

Blay, Antonio, “La personalidad creadora”, Índigo. 

Blay, Antonio, “Creatividad y plenitud de vida”, Iberia. 

Cyrulnik, Boris, “Los patitos feos”, Gedisa. 

Dahlke, Rüdiger y Dethlefsen, Thorwald, “Las etapas críticas de la vida”, Plaza y Janés. 

Dahlke, Rüdiger y Dethlefsen, Thorwald, “La enfermedad como camino”, Plaza y Janés. 

De Bono, Edward, “El pensamiento paralelo”, Paidós plural. 

De Mello, Anthony, “El canto del pájaro”, Sal Terrae. 

De Mello, Anthony, “La oración de la rana”, Sal Terrae. 

De Mello, Anthony, “Un minuto para el absurdo”, Sal Terrae. 

Fisher, Robert, “El caballero de la armadura oxidada”, Obelisco. 

Frankl, Viktor E., “El hombre en busca de sentido”, Herder. 

Frankl, Viktor E., “El hombre en busca del sentido último”, Herder. 

Fromm, Erich, “El arte de amar”, Paidós. 

Fromm, Erich y Suzuki, Daisetz Teitaro, “Budismo zen y psicoanálisis”, Fondo de Cultura Económica de España, S.L. 

Goleman, Daniel, “Inteligencia Emocional”, Kairós. 

Hesse, Hermann, “Demian”, Alianza Editorial. 

Huxley, Aldous, “La filosofía perenne”, Edhasa. 

Krishnamurti, “La libertad primera y última”, Edhasa. 

Kübler-Ross, Elizabeth, “La rueda de la vida”, Ediciones B. 

Kuhn, Thomas, S., “La estructura de las revoluciones científicas”, Fondo de Cultura Económica de España, S.L.

Lao-Tse, “Tao Te King”, Arca de Sabiduría. 

Maharshi, Ramana Sri, “La esencia del autoconocimiento”, Yug.

Marquier, Annie, “El poder de elegir”, Luciérnaga. 

Marquier, Annie, “La libertad de ser”, Luciérnaga. 

Maslow, Abraham, “La personalidad creadora”, Kairós. 

Maugham, W. Somerset, “El filo de la navaja”, Plaza y Janés. 

Miller, Alice, “El drama del niño dotado: en busca del verdadero Yo”, Tusquets.

Rogers, Carl R., “El proceso de convertirse en persona”, Paidós. 

Saint-Exupéry, Antoine de, “El principito”, Alianza/Emecé.
 
Shah, Idries, “Caravana de sueños”, Kairós.

Shah, Idries, “La sabiduría de los idiotas”, Arca de Sabiduría.

 

Fuente: http://www.alexrovira.com/soluciones/articulo/libros-que-curan

miércoles, junio 11

¿Qué nos impide encontrar un amor duradero?

Una relación de pareja sana puede mejorar muchos aspectos de la vida tanto en lo que se refiere a bienestar emocional y mental como a bienestar físico. En general, las relaciones de pareja pueden ayudarnos a alcanzar la felicidad. Para muchos, sin embargo, encontrar a alguien con compartir la vida con puede parecer una tarea imposible. 
La vida como una sola persona ofrece muchas recompensas, incluyendo aprender a construir una relación sana con uno mismo. Sin embargo, si no estás dispuesto a compartir tu vida con alguien para construir una duradera relación que valga la pena, la vida como una sola persona también puede ser muy frustrante. 

Establecer relaciones sanas es fundamental

Uno de los motivos que pueden explicar por qué para algunas personas es difícil encontrar una pareja duradera es el mismo concepto de relación. Por eso es importante plantearse qué es una relación sana. 

Según la Universidad de Washington, una relación sana tienen lugar cuando dos personas desarrollan una conexión basada en el respeto mutuo, la confianza, la honestidad, el apoyo, la equidad e igualdad entre ambos, el mantenimiento de identidades separadas, la buena comunicación y hay sentimientos de alegría y cariño.  

Dificultades a la hora de encontrar pareja 

Encontrar una pareja para toda la vida suele ser  un viaje difícil por varias razones. 

   - Para algunas personas es un problema de modelos previos, puesto que en su infancia no tuvieron la referencia de una relación sana entre sus padres. 

   - Para otros, la dificultad reside en que han tenido relaciones breves llenas de altibajos y/o que resultaron muy poco interesantes para alguno de los dos o para ambos. 

   - En otros casos, la dificultad se debe a que un problema sin resolver en el pasado hace que una persona se sienta atraída hacia el tipo de persona equivocada. 

   - También puede darse el caso de no estar en mejor entorno para encontrar ala persona adecuada. 

   - En algunos casos el problema es una cuestión de autoestima y confianza, cuya ausencia hace que algunas personas tengan problemas para relacionarse con las personas por las que se sienten atraídas. para acercarse a alguien. 

Sea cual sea el caso, es importante analizar qué pasa para poder remediarlo en la medida de lo posible. 

Por otra parte, también es importante reconocer que las relaciones nunca son perfectas y siempre requieren de mucho trabajo, de compromiso y de fuerza de la voluntad para resolver los conflictos que puedan surgir de manera positiva.  

Mitos sobre el amor 

Para buscar y construir cualquier relación que valga la pena es posible que sea necesario empezar evaluando algunas de sus ideas erróneas y mitos sobre las relaciones que pueden impedir encontrar pareja y establecer una relación sana y duradera. 

1 - Es mejor tener una mala relación que no tener ninguna

 En el fondo la mayoría de las personas pensamos que, como dice el dicho popular, es mejor estar solo que mal acompañado, pero a la hora de la verdad muchas personas sienten que necesitan estar con alguien aunque esa relación no sea buena. 

Pero realmente es posible ser feliz sin pareja, y no es ningún estigma social estar soltero/a, ni tiene que ver con ninguna incapacidad para nada o con una forma de ser libertina y poco responsable. 

2 - El amor a primera vista es el que realmente vale la pena

 Para los que tienen un historial de relaciones frustradas basadas en esto deberían saber que no tiene nada que ver una cosa con la otra. La atracción sexual instantánea y el amor duradero no tienen nada que ver. A veces se acierta y muchas veces no es más que un encaprichamiento que nada tiene que ver la creación del vínculo que se necesita para establecer una relación sana y duradera.
En general, cualquier relación puede profundizar con el tiempo, y amigos de toda la vida pueden acabar siendo pareja, igual que personas que sintieron un impulso nada más conocerse. 

3 - Las mujeres tienen diferentes emociones que los hombres

 Las mujeres y los hombres se sienten cosas similares, pero a veces expresan sus sentimientos de manera diferente, sobre todo influenciados por las convenciones sociales. Pero los hombres y las mujeres las emociones básicas de tristeza, ira, miedo y alegría que experimentan son las mismas. Apoyarse en este mito para explicar el fracaso de las relaciones no tiene fundamento. 

4 - La atracción física desaparece con el tiempo

 El amor no permanece estático, pero eso no significa que la atracción física esté condenada a desaparecer con el tiempo. A medida que envejecemos, tanto hombres como mujeres tenemos menos hormonas sexuales, pero la emoción influye a menudo en la pasión más las hormonas, y la pasión sexual puede ser más fuerte con el tiempo. 

5 - Es posible cambiar algo que no nos gusta de nuestra pareja

 No se puede cambiar a nadie. Las personas sólo cambian cuando quieren cambiar de manera voluntaria. Si hay algo que no nos gusta de alguien es mejor aceptarlo o buscar por otra parte, porque si nos empeñamos en modelar al otro a nuestro gusto completamente va a ser muy difícil que esa relación prospere de manera sana.   

 

 

Fuente: http://lamenteesmaravillosa.com/que-nos-impide-encontrar-un-amor-duradero

¿De dónde viene el mal humor?



Mal humor. ¿Quién no lo ha vivido alguna vez? Es un estado muy común no solo entre nosotros, esta humanidad cuajada de complejas emotividades y sentimientos contrapuestos. También los animales tienen sus momentos, esos instantes en que pueden sorprendernos con un comportamiento fuera de lugar e incluso algo agresivo. Hay que saber comprenderlos. Y es que lo creamos o no, también nuestros queridos amigos de la fauna animal sienten esas dimensiones como la rabia, los celos, la tristeza, o el desconcierto... pulsiones que pueden generar perfectamente un momento de sentido mal humor.
Es por tanto una emoción universal y conocida por todos nosotros. Pero ahora bien, seguro que ahora mismo te estará viniendo a la mente esas personas que sin saber por qué, parece que siempre estén de mal humor. Personalidades con la que no es fácil interactuar, comunicar o incluso relacionarse, ya que a la mínima,  pueden tener una reacción negativa. Es algo muy característico. Aunque también hemos de hacer algo de introspección y pensar en nosotros mismos. ¿Qué es lo que habitualmente genera en ti el mal humor? ¿Cómo lo gestionas, cómo lo afrontas? Analicemos un poco el tema.


¿QUÉ DESENCADENA EL MAL HUMOR? 

El mal humor puede nublar momentáneamente nuestro ánimo. Es una molesta losa que nos bloquea y nos inflama. Las circunstancias que lo desencadenan pueden ser varias, veamos algunas: 

-Expectativas no cumplidas: en ocasiones esperamos que las cosas se sucedan según los parámetros que tenemos marcados. Sobre ideas que nosotros mismos juzgamos como esperables y correctas, esas que marcan el equilibrio de nuestra vida. Hay personas que son muy estrictas en esta dimensión y que no toleran cualquier cambio o diferencia de acuerdo a su esquema personal, de ahí que muestren más habitualmente esas explosiones de mal humor. Otros en cambio, tienen un nivel de resistencia más alto, un límite más flexible donde esas expectativas no son tan férreas, y por tanto, sus enfados no son tan intensos. 

-Negación de la realidad: seguro que conoces a ese tipo de personas que no terminan de asumir determinadas cosas. Cambios, variaciones... caracteres que en cierto modo no acaban de entender el ahora o el presente, y quedan anclados en un momento del pasado donde se sentían más capaces o seguros. Se sienten frustradas y continuamente molestas. 

-Exceso de egocentrismo: muy característico, sin duda. Esas personalidades que están solo centradas en sí mismas y que no aceptan opiniones, o puntos de vista diferentes al suyo, están irremediablemente condenados a un mal humor continuo. No existe altruismo, nunca ceden, el yo ejerce una fuerza centrípeta donde todo va hacia ese interior en continuo enfrentamiento con el mundo que le rodea. ¿Te suena este rasgo de personalidad? seguro que sí.
 

LOS EFECTOS POSITIVOS DEL MAL HUMOR
 
¿Cómo, que el mal humor tiene su parte positiva? Desde luego, bien manejado y gestionado para que dure lo menos posible, siempre nos proporcionará beneficios aceptables. Tal Ben Shahar, un profesor de Psicología Positiva en la Universidad de Harvard, el mal humor actúa como una especie de válvula con la cual aliviar la presión a la que en ocasiones, estamos sometidos. Es algo habitual. Un problema en el trabajo, una diferencia con un amigo, con un familiar, todo ello nos pone en una situación determinada donde la finalidad, es obligarnos a tener que enfrentarnos a algo. A aceptar una circunstancia. 

Si yo me bloqueo y me enfundo en este mal humor de modo permanente, jamás lograré avanzar o asumir el problema. Pero si me enfado, asumo mi rabia, mi mal humor para luego buscar algo de alivio en un paseo para aclarar las ideas y descansar la mente, seguramente acabaré gestionando hábilmente dicha situación. Lo creamos o no el mal humor puede mejorar nuestras capacidades para afrontar problemas, una  irritabilidad moderada nos pone alerta sobre un mundo que no siempre debe ser como nosotros esperamos. Es una lección que debemos aprender y saber afrontar. Si reaccionamos ante algo es porque somos humanos y emotivos, las emociones son esas pulsiones que nos modelan y nos enseñan. Si te enfadas, si sufres una explosión de mal humor, indaga en ti mismo y pregúntate qué la motiva y cómo puedes resolverlo. 

En ocasiones no son más que insignificancias que olvidamos en unos minutos, pero en otras ocasiones, nos dan un toque de atención de ese mundo externo del que debemos aprender continuamente, ahí donde no vale el victimismo ni el egocentrismo. Defiéndete o acepta, mitiga el mal humor buscando un instante de soledad o un rato de compañía. No te obsesiones con las cosas, la vida, a veces, es más fácil de lo que piensas. 

 

Fuente: http://lamenteesmaravillosa.com/de-donde-viene-el-mal-humor

martes, mayo 20

¿Por qué perdemos la fuerza de voluntad cuando más la necesitamos?


No es extraño que comencemos un proyecto con todo el entusiasmo y que una vez que ya nos hemos “embarcado” en él, poco a poco vayamos perdiendo esas ganas que atesorabamos cuando lo comenzamos. Incluso hay veces que lo postergamos indefinidamente o lo abandonamos por falta de tiempo. Los expertos dicen que hay varios “síntomas” o factores que nos pueden indicar que la fuerza de voluntad nos abandona justo cuando más la necesitamos. Cinco signos para explicar la falta de voluntad Estos cinco aspectos, analizados detalladamente, nos pueden dar una pauta de qué es lo que nos está ocurriendo y por qué nos cuesta tanto llevar adelante un proyecto, o mejor dicho, terminarlo y ser exitosos como lo habíamos pensado o planeado desde un principio. Toma nota y analiza con lo que experimentas a diario, tal vez puedas encontrar una solución a tu problema.  

1 - Exceso de autocontrol: quizás parezca que es un contrasentido porque la falta de fuerza de voluntad no tiene que ver, justamente, con el control. Sin embargo, los especialistas dicen que todo se trata de un “juego de equilibrio”. La voluntad no es una capacidad que nunca se agota, sino algo en lo que debemos ir “dosificando” usando la inteligencia con la que contamos. Un reciente estudio sobre autoindulgencia ha demostrado que los seres humanos somos vulnerables a caer en ciertas tentaciones cuando nos estamos controlando más. Un ejemplo simple de comprender es aquél que está llevando una dieta estricta y cuando tiene un “desliz” o un minuto de no pensar en ese régimen, se da un “atracón”. Las personas también sufren de mayor infelicidad cuando cae la noche y eso no es casualidad. Se debe a que las reservas de autocontrol que lo dominan durante el día van disminuyendo al anochecer. Entonces, el exceso de fuerza de voluntad puede convertirse en tu peor enemigo al momento de lograr tus objetivos. ¿La solución? Esforzarse en las tareas que valen la pena y darse un respiro en las menos importantes.  

2 - Sesgo de moderación: la gran mayoría de nosotros subestimamos o sobrestimamos la fuerza de voluntad que poseemos. Por ello es tan común que la gente abandone su carrera, deje de ir al gimnasio o a un curso, etc. Es frecuente que los primeros meses del año las academias estén completas y que luego, pasadas algunas semanas, se empiecen a vaciar. Muchos “prometemos” cuando comienza enero hacer lo que no cumplimos el año anterior, pero esa voluntad va desapareciendo. Esto se debe a que creemos o pensamos que somos controlados, fuertes y perseverantes y que esta vez “si” llegaremos a diciembre con la misma rutina que en enero. Es recomendable que no te expongas a aquellas situaciones que puedan convertirse en una tentación a dejar o bien que puedas caer en las redes de la haraganería, la falta de ganas, las excusas para no asistir, etc. Si no te gusta ir al gimnasio, prueba con otra actividad para hacer ejercicio, no te “obligues” a lo que no te agrada, porque es más fácil que lo abandones.  

3 - Creencias negativas muy arraigadas: Esto puede estar presente en nuestra mente desde que eramos pequeños o jóvenes. Por ejemplo, si en la familia nunca creían en nosotros o nos exigían demasiado, si consideramos que el éxito es para las personas adineradas o que no tenemos la capacidad de tener nuestra propia empresa porque no contamos con las habilidades requeridas, etc. Si tu idea o meta es obtener un mejor puesto en tu empleo o emprender en un negocio ambicioso, una creencia contrapuesta puede retrasarte, al pensar que no eres lo suficientemente merecedor, bueno o inteligente para lograrlo. Para poder sobrellevar esto, primero deberás saber cuáles son estas ideas que rodean tu mente, trabajar en ellas, modificar los pensamientos y añadir ideas que te motiven al éxito. Una buena alternativa es colocar en lugares visibles frases de motivación y autosuperación.  

4 - No fijarnos en el contexto social: no eres una “isla” autosuficiente, necesitas interactuar con los demás, eso está más que claro. Si bien lo sabes, desestimas esta idea y crees que lo puedes todo, que no precisas de nadie que te ayude, que lo harás mejor si es a tu manera. Estableces objetivos como si llevarlos a cabo solamente dependiera de ti y te olvidas que vives en un contexto, por más de que no compartas casa o piso con nadie. El mundo está repleto de personas y también de tentaciones, una de ellas, sin dudas, es creernos “omnipotentes”. Al plantearte cualquier meta, has que los demás (familia, amigos, pareja, compañeros) te ayuden, participen, se involucren y sirvan para enfrentar los obstáculos que seguramente aparecerán.  

5 - Cansancio: la falta de sueño nos hace estar más propensos a claudicar y abandonar nuestros sueños y proyecto. El tan conocido “estrés”, del que somos víctimas millones de personas en el mundo entero, deja de lado la motivación. Esta última es la encargada de “inyectarnos” de energía extra a diario, para poder mantenernos despiertos cuando lo necesitamos. Sin embargo, la ansiedad, los nervios y las preocupaciones no dejan que descansemos lo suficiente. El cansancio prolongado tarde o temprano nos pasa factura, ya sea con alguna enfermedad o con la falta de fuerza de voluntad. Si estás pensando en un proyecto bien ambicioso y deseas llegar a la meta, duerme la cantidad de horas necesarias, para poder tener tu nivel de recarga completo.

 

 

 

Fuente: http://lamenteesmaravillosa.com/por-que-solemos-perder-la-fuerza-de-voluntad#sthash.9pAWdjwE.dpuf

viernes, abril 25

El Uso del Humor


 
¿Qué es lo que mantiene sana a una persona a pesar de estar sometida a condiciones ambientales adversas?
 
¿Por qué  algunos pueden superar eficazmente situaciones conflictivas y otros no?
 
¿Qué recursos  privilegian estos individuos a la hora de afrontar tales circunstancias? 
 
¿Son la creatividad, el humor, la autoestima, las habilidades sociales, la capacidad de amar y perdonar, entre otros, ingredientes esenciales para afrontar adecuadamente determinadas situaciones?
 
¿Cómo se pueden desarrollar y potenciar?
 
¿Qué papel específicamente cumple el humor como estrategia de afrontamiento?
 
¿Qué valor cumple el humor como herramienta  de intervención en el proceso terapéutico?
 
La Psicología como ciencia durante mucho tiempo se ha dedicado casi exclusivamente,  al estudio de las patologías.  A partir de la segunda mitad del  siglo XX,  algunos investigadores, se replantearon esa visión,  produciendo un giro en  la mirada del comportamiento humano dando  lugar a un nuevo paradigma que considera y acentúa  los aspectos más saludables de las personas, a este movimiento  se lo denominó Psicología Positiva.

Los efectos del humor se producen a en dos niveles: 

 - Fisiológicos:    Cuando el buen humor desencadena la risa “hay un decrecimiento del tono muscular, quedando los músculos fláccidos y la risa implica una liberación de tensión o de energía excesiva.”

 Durante la risa hay una  reducción y normalización de aquellas  funciones orgánicas que se alteran durante el estrés. Es así mismo como se ha determinado que la risa disminuye la presión arterial, la frecuencia cardiaca, la tensión muscular y decrece la activación del estrés. 

    Las emociones positivas, como alegría, buen humor, optimismo, paz, entusiasmo, son denominados estados de ánimo. Se manifiestan en el cuerpo como realidades bioquímicas que generan  distintas respuestas que ayudan a combatir y hasta revertir algunas enfermedades.   

Durante la risa hay una  reducción y normalización de aquellas  funciones orgánicas que se alteran durante el estrés. Es así mismo como se ha determinado que la risa disminuye la presión arterial, la frecuencia cardiaca, la tensión muscular y decrece la activación del estrés.

El humor tiene efectos muy positivos tanto a nivel psicológico como fisiológicos.
 

-  Efectos Fisiológicos: Cuando el buen humor desencadena la risa  “hay un decrecimiento del tono muscular, quedando los músculos fláccidos y la risa implica una liberación de tensión o de energía excesiva.” Durante la risa hay una  reducción y/o normalización de aquellas  funciones orgánicas que se alteran durante el estrés. Es así mismo como se ha determinado que la risa disminuye la presión arterial, la frecuencia cardiaca, la tensión muscular y decrece la activación del estrés.” 

    Las emociones positivas, como alegría, buen humor, optimismo, paz, entusiasmo, son denominados estados de ánimo. Se manifiestan en el cuerpo como realidades bioquímicas que generan  distintas respuestas que ayudan a combatir y hasta revertir algunas enfermedades. 

Algunos beneficios del buen humor y la risa son: 

Libera las hormonas endorfinas: cuando la glándula pituitaria recibe un  estímulo generado por nuestra sonrisa voluntaria y consciente, reacciona liberando endorfinas, las que además de ser el analgésico natural del cuerpo, producen, al ser liberadas, una sensación de bienestar.

Disminuye la hormona suprarrenal cortisol: el estrés crónico provoca cambios fisiológicos adversos, mientras que la risa es su antídoto. Esta  hace descender el nivel de cortisol que se produce en la sangre ante una situación de estrés. La risa y el humor son escapes al sufrimiento que resulta de la diferencia entre las aspiraciones humanas y la realidad que a uno le toca vivir.  

   - Efectos psicológicos: el verdadero humor consiste en reírse de sí mismo, de lo que uno hace, dice o piensa. Este proceso se lleva a cabo a través del “autodistanciamiento”.  Por otra parte, el humor representa una actividad creativa del ser humano, puesto que lo risible no nace de las cosas, sino de la persona misma. 

    Cuando la persona se ríe de sí misma aumenta su  autoestima y desarrolla una actitud de  reto o desafío que consiste en hacer frente a las tensiones.  El verse a sí mismo desde una perspectiva cómica brinda afecto, entendimiento, apoyo, diálogo, juego y favorece una relación más cercana con los otros.  

 - Sociales: el humor tiene beneficios en el ámbito terapéutico, laboral, escolar y/o en reuniones sociales, ya que descomprime y puede ser útil para solucionar desacuerdos,  porque  relaja y refuerza las  relaciones con los otros. 

    Respecto del área laboral, han incorporado el humor en su filosofía corporativa, su estrategia de recursos humanos o sus programas de formación.  El humor favorece la innovación,  la motivación, potencia la salud actúa  en los  recursos humanos posibilitando  el incremento de su productividad.
 

 
 

 

Fuente: http://www.saludmental.info/Secciones/clinica/2008/el-uso-del-humor-junio08.html

viernes, febrero 21

3 técnicas para controlar las compulsiones

 
El trastorno obsesivo-compulsivo se caracteriza por la aparición de rituales, los cuales tienen el objetivo de calmar la ansiedad que la persona experimenta. Existen diferentes rituales, desde lavarse las manos varias veces hasta regresar a comprobar que hemos cerrado adecuadamente la puerta u ordenar determinados objetos siguiendo siempre el mismo patrón. 
Dicho de esta forma no parece algo demasiado incapacitante pero lo cierto es que a menudo un ritual lleva al otro y suelen producir una gran incomodidad en la persona por lo que es importante aprender a deshacerse de estas compulsiones. ¿Cómo hacerlo?
Estrategias para aprender a controlar los rituales del trastorno obsesivo-compulsivo 

1. Aplazar el ritual    
Como su nombre lo indica, esta técnica consiste en postergar la realización del ritual. Cuando sientas la necesidad imperiosa de hacer ese ritual que te ayuda a liberar la tensión, intenta controlar la ansiedad y aplazarlo. Al inicio es probable que logres un aplazamiento de apenas unos minutos pero si eres perseverante, con el tiempo lograrás posponer el ritual cada vez más. 

Si realizas varios rituales, es importante que elijas el más sencillo, el que te resulte más fácil de posponer. De esta forma podrás alcanzar tu objetivo con mayor facilidad y te sentirás más motivado a aplicar esta técnica a los rituales más complejos.
Cuando logres aplazar el ritual durante al menos 30 minutos, reflexiona sobre el hecho de que no ha sucedido nada malo por no haber cumplido el ritual. Lo único que ha ocurrido es que has sentido más ansiedad pero esto es algo que puedes controlar sin la necesidad de recurrir a un ritual.
 
En la misma medida en que logres aplazar cada vez más tiempo el ritual, te darás cuenta de que la ansiedad es algo que se puede controlar y aumentará la confianza en tus capacidades. Por supuesto, mientras dejas que pase el tiempo, haz algo interesante que te distraiga porque mientras más intentes contar los minutos, más ansiedad experimentarás. 

2. Cambiar algún aspecto del ritual
Los comportamientos compulsivos a menudo se han convertido en hábitos, son tareas que realizas de manera automática, sin pensar demasiado. Sin embargo, si cambias la manera de llevar a cabo ese ritual, estarás rompiendo el círculo vicioso creado por la costumbre y te obligarás a reflexionar sobre lo que estás haciendo. 

En realidad, no se trata de un gran cambio sino de pequeñas transformaciones. Por ejemplo, si tienes la costumbre de lavarte las manos 10 veces, hazlo solo 8, cambia el jabón que usas normalmente o hazlo con los ojos cerrados. Si sueles poner los objetos en fila, cambia su disposición y si sigues un orden antes de salir de casa para cerciorarte de que todas las puertas y ventanas están cerradas, invierte esa secuencia y comienza por el final.

Con esta técnica continuarás haciendo el ritual y sentirás un alivio de la tensión pero al mismo tiempo comenzarás a tener cierto control sobre estos comportamientos y poco a poco la compulsión irá desapareciendo. 

3. Añadir una consecuencia al ritual
Cada vez que te dejes llevar por la compulsión, añádele una consecuencia al ritual. Por ejemplo, cuando te laves las manos, oblígate a hacer algo que no te agrade demasiado, como planchar la ropa u organizar una estantería. En realidad, puede ser cualquier actividad, con la condición de que te demande un poco de tiempo y que no sea una tarea muy placentera.  

Cuando en tu mente se cree una conexión entre el ritual y esa actividad poco placentera, la próxima vez que la compulsión luche por tomar el control, pensarás en la tarea que tienes que hacer a continuación y el impulso se debilitará. 

¿Cómo aplicar estas técnicas?
Por supuesto, no tienes que aplicar estas técnicas para controlar las compulsiones a la misma vez, sobre todo si notas que te generan mucha ansiedad. Puedes comenzar poniendo en práctica una y, una vez que la domines, comenzar con la siguiente.  

Obviamente, para que estas estrategias sean realmente eficaces, también debes trabajar con los pensamientos que dan origen al trastorno obsesivo-compulsivo.
 

 

Fuente: http://www.rinconpsicologia.com/2014/02/3-tecnicas-para-controlar-las.html