miércoles, febrero 20

¿Cuales son los problemas psicológicos más frecuentes?


Los problemas psicológicos consisten en comportamientos inadecuados que la persona emite en un entorno determinado, los cuales impiden a la persona adaptarse a dicho entorno. Cuando decimos que una persona presenta un problema no implica en absoluto que lo “tenga” como quien tiene una enfermedad o una lesión física, por ello el empleo del concepto de “enfermedad” y del modelo bio-médico en el ámbito de los trastornos psicológicos no es adecuado. En psicología un diagnóstico no supone que la persona deba recibir un tratamiento determinado que será el mismo para todas las personas que presenten dicho trastorno. Que una persona padezca, por ejemplo, depresión no nos dice nada acerca de por qué la está padeciendo ni de qué hay que hacer para resolver su problema. Lo importante es identificar la forma en que esa persona en concreto se está relacionando con el entorno en que se presenta el problema, es decir, su comportamiento. El tratamiento de una “depresión” será muy diferente si la persona la padece a consecuencia de la pérdida de un ser querido, porque se percibe a sí misma incapacitada para llevar a cabo su trabajo o porque presenta dificultades para relacionarse con los demás. Cada problema es único y también lo es cada tratamiento. Podemos nombrar, como principales problemas psicológicos que afectan a la población los siguientes:
 

Trastorno depresivo:

- Es el trastorno psicológico más frecuente.

- Suele hacer mucho daño a la persona que lo sufre y a sus familiares.

- Supone importantes cambios en la manera de pensar, de sentir y de comportarse.

Se caracteriza por:

Estado de ánimo deprimido

Pérdida del disfrute y del interés

Una forma de pensar negativa acerca de la propia persona, de los demás, del pasado y del futuro

Pensamientos recurrentes de muerte o ideación suicida

 Se dejan de realizar actividades placenteras y/o obligatorias
 

Trastornos del sueño:

- Cuando los problemas de sueño se producen con frecuencia y de manera persistente, pueden repercutir de manera negativa en nuestra vida, tanto en el descanso como en el funcionamiento cotidiano.

- Con el tratamiento psicológico de estos problemas, se pretende mejorar tanto la calidad como la cantidad de sueño.

o Puede aparece junto a otro problema más grave como la depresión o algún trastornos de ansiedad, en cuyo caso, la intervención normalmente comienza por resolver el problema de sueño, ya que así se consigue una mejoría rápida y se facilita la intervención sobre otros tipos de problemas relacionados.
 

Baja autoestima:

- La autoestima está muy relacionada con la satisfacción que una persona tiene con respecto a sí misma y a su vida.

- Una persona con baja autoestima difícilmente se sentirá satisfecha y se sentirá incapaz de conseguir aquellos objetivos que la llevarían a sentirse a gusto con ella misma. Este trastorno suele manifestarse por:

Autocrítica constante de la persona a sí misma.

Autoevaluaciones negativas.

Culpa.

Sentimientos de inferioridad.

Predicciones de fracaso.

Alta frustración ante errores.

Inseguridad ante situaciones cotidianas y en las relaciones interpersonales.

Poca o ninguna autoafirmación ante los demas
 

Ansiedad
Esa sensación de nervios, agitación y/o tensión que tenemos ante determinadas situaciones o pensamientos. Si se da en dosis moderadas puede considerarse completamente normal, incluso positiva, ya que nos estimula para la acción.
 

Por ejemplo ante un examen que nos preocupa nos ponemos a estudiar más motivados que si no nos preocupase. A muchos estudiantes he oido decir "ojala estudiase siempre como los días antes del examen, sacaría todo matrículas". Y es natural, una cierta dosis de ansiedad nos predispone para la acción, nos ayuda a poner en marcha todos nuestros recursos para rendir lo mejor posible.


El problema aparece cuando esa ansiedad es excesiva, cuando en lugar de ayudarnos a superar ciertas situaciones, nos bloquea y no somos capaces ni de hablar o lo hacemos torpemente. Llega un examen y no recordamos nada, llega esa reunión importante y no hacemos más que temblar y tirar al suelo todo lo que tocamos, causando una impresión no demasiado buena.
 

Formas en que se manifiesta la ansiedad:

Existe un temor constante por el futuro respecto a la familia, al dinero, al trabajo, y a la enfermedad.

Se es víctima de pensamientos catastrofistas. Ante una situación determinada, uno siempre se pone en lo peor.

Es difícil controlar ese estado de constante preocupación.

Inquietud o impaciencia.

Fatigabilidad fácil.

Dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco.

Irritabilidad.

Tensión muscular, palpitaciones, temblores, nauseas, sensación de mareo, sudores.

Alteración del sueño: dificultad para conciliar el sueño o sensación de no haber descansado al despertar.

Estrés
Es la tensión física y mental que aparece, cuando te sientes desbordado por las obligaciones cotidianas, o por una situación nueva que aparece en tu vida. Empiezas a pensar que es demasiado lo que el entorno te está pidiendo, pero no puedes dejar de cumplir con todas esas obligaciones.
 
Prisas, nervios, obligaciones, responsabilidad. Haces una evaluación de la situación y consideras que no puedes con ella, pero tampoco puedes parar. Si esto se mantiene en el tiempo, tu cuerpo acaba resintiendose.
 
¿Hay situaciones especialmente estresantes?

La muerte de un ser querido.

La separación o divorcio.

Una situación de paro prolongada.

Matrimonio.

Trabajo.

Lesión personal o enfermedad.

Jubilación.

Son acontecimientos delicados a los que hay que prestar una atención especial. Pero incluso estas situaciones pueden ser vividas de manera muy diferente. Algunas personas ponen en marcha una serie de conductas que les permiten afrontar la situación sufriendo lo menos posible. Sin embargo, otras actúan con nerviosismo ante cualquier acontecimiento, pensando que todo les va a salir mal, o confíando poco en su capacidad para hacer frente a las dificultades. ¿Cual es tu caso?
 
En realidad, no existen situaciones estresantes por sí mismas, todo es una cuestión subjetiva. La respuesta de estrés depende de la relación entre la persona y la situación. Para algunas personas un examen puede resultar una situación muy estresante, pero para otras no. No importa tanto la realidad, sino la percepción que se tiene de la misma.