Si pudiéramos observar la vida como una
metáfora desde las alturas, la veríamos como una superficie hendida por
recovecos, surcos e intrincadas vueltas. Llanuras, colinas, valles, anchas
planicies de agua e imponentes masas rocosas formarían un relieve rico y
diverso que nos cautivaría por su belleza.
Una vez en tierra, las empinadas cuestas se
anteponen en nuestro camino como constantes desafíos. Un ir y venir de
situaciones a superar. Tras ellas, a modo de recompensa, suaves pendientes que
bajamos sin dificultad mientras disfrutamos de aquello que nos rodea.
A diferencia de una superficie plana y aburrida donde no aprenderíamos nada, es un mundo intrincado y concurrido por personas y situaciones distintas ante las que reaccionamos y cambiamos en un desafío continuo para convertirnos en viajeros experimentados y mejores personas. La vida es un paisaje de asombrosas cumbres difíciles de conquistar seguidas de almohadilladas laderas y grandes praderas verdes que nos invitan al descanso. No es momento para pensar en las sorpresas que nos aguardará el día siguiente.
A diferencia de una superficie plana y aburrida donde no aprenderíamos nada, es un mundo intrincado y concurrido por personas y situaciones distintas ante las que reaccionamos y cambiamos en un desafío continuo para convertirnos en viajeros experimentados y mejores personas. La vida es un paisaje de asombrosas cumbres difíciles de conquistar seguidas de almohadilladas laderas y grandes praderas verdes que nos invitan al descanso. No es momento para pensar en las sorpresas que nos aguardará el día siguiente.
Angostos laberintos que no parecen tener
salida se nos presentan súbitamente y nos ponen a prueba. Tras sufridas
estrecheces nos abrimos paso y continuamos nuestro recorrido existencial. La
andadura aventurera e iniciativa que nos conduce tan pronto por momentos de paz
como por experiencias aparentemente inabordables nos va curtiendo como
caminantes y nos va moldeando en continua mejora para convertirnos en personas
de valor.
Escrito
por: Juanma González