viernes, noviembre 28

Crear Buena Suerte consiste únicamente en crear circunstancias

"La Buena Suerte" Escrito por dos autores catalanes (Fernando Trías de Bes y Álex Rovira) este excelente y ameno libro nos da las pautas necesarias para que nosotros mismos podamos crear nuestra propia buena suerte. Y es que la suerte esta ahí y a cualquier nos puede llegar; sin embargo, la buena suerte debe crearla uno mismo, o al menos, poner los medios necesarios para que la buena suerte haga su aparición.
 
 
> La primera regla de la buena suerte establece que la suerte no dura demasiado tiempo porque no depende de uno, mientras que la buena suerte la crea uno mismo, por lo que dura siempre. 
 
 
> La segunda regla de la buena suerte dice que muchos son los que quieren tener buena suerte, pero pocos los que decidimos ir a por ella.  
 

> Vayamos con la tercera regla, que sostiene que, si ahora no tienes buena suerte, tal vez sea porque las circunstancias (tus circunstancias) son las de siempre. Para que la buena suerte llegue es conveniente crear nuevas circunstancias.  
 

> Entramos en la cuarta regla de la buena suerte: preparar las circunstancias para la buena suerte no significa buscar sólo el beneficio propio, sino que crear circunstancias para que otros ganen también atrae la buena suerte, que no es más que compartir. 
 

> Nos vamos ahora a la quinta regla, cuyo enunciado es el siguiente: si se deja para mañana la preparación de las circunstancias, la buena suerte quizá nunca llegue. Crear circunstancias requiere dar un primer paso y hay que darlo precisamente hoy, es decir, no hay que postergar, sino perseverar.  
 

> Nos vamos a la sexta regla, que enseña lo siguiente: Aun bajo las circunstancias aparentemente necesarias, a veces la buena suerte no llega. Busca en los pequeños detalles circunstancias aparentemente innecesarias, pero imprescindibles. Hay que mimar el detalle.  
 

> Abordemos la séptima regla, que señala que, a los que sólo creen en el azar, crear circunstancias les resulta absurdo, mientras que, a quienes se dedican a crear circunstancias, el azar no les preocupa.  
 

> Nos vamos a la regla número ocho, que sentencia que nadie puede vender suerte. La buena suerte no se vende. Hay que desconfiar de los vendedores de suerte.  
 
 
> La novena regla mantiene que, cuando ya se han creado todas las circunstancias, hay que tener paciencia y no abandonar. Es decir, para que la buena suerte llegue, confía.  
 

> La décima y última regla afirma que crear buena suerte es preparar las circunstancias a la oportunidad.