¿Cómo dejar de preocuparnos?
- Aceptar
la incertidumbre: pensar en todo lo que podría ir mal no va predecir el
futuro, es decir no nos va ayudar a controlar más lo que pueda ocurrir.
Mientras nos preocupamos dejamos de disfrutar de nuestro presente. Estemos
muy preocupados o no, lo que tenga que ocurrir, ocurrirá.
- Pospón
tus preocupaciones: cuando nos preocupamos constantemente sobre algo, no
llegamos a conclusiones para solucionarlo, si no que de una preocupación
saltamos a otra generándonos más malestar. Créate un espacio de tiempo al
día para preocuparte; si te viene una preocupación “fuera de horas”,
apúntala, y resérvala para revisarla en ese espacio de tiempo. Seguramente
muchas de las preocupaciones que hayas apuntado carezcan de sentido cuando
las revises.
- Examina
tu manera de pensar: estas magnificando los problemas? Cual es la
probabilidad real de que lo que temes, pase? En tu manera de pensar se
esconde la clave de tu manera de sentir. Cuanto más catastrófico sea tu
diálogo interno, más ansiedad y preocupación acumularás.
- Aprende
a relajarte. Preocuparte constantemente genera mucha ansiedad, es
importante encontrar espacios personales durante el día para poder relajarte
y liberar tensiones.
Evidentemente, ésta es sólo una pincelada de
estrategias posibles para vencer la preocupación persistente. Si ves que tu
nivel de preocupación interfiere en tu vida de tal forma que te crea un elevado
nivel de ansiedad, probablemente necesites la ayuda de un profesional. El mejor
tratamiento para abordar el Trastorno de Ansiedad Generalizada es la terapia
cognitivo conductual, en la que se ayuda a la persona a distinguir las
preocupaciones reales de las que no lo son y a identificar y reparar los
factores que mantienen la preocupación persistente.
Fuentes: http://www.ansiedad.info/