¿Qué sucede para que dos personas
decidan poner fin a una relación matrimonial? Esta es la pregunta a la que han
tratado de responder durante años los investigadores en terapia de pareja.
Con este fin, han ido surgiendo
nuevas líneas de investigación, centradas en identificar los factores
predictores del fracaso conyugal. A este respecto, la APA (American
Psychological Association –Asociación Americana de Psicología), ha publicado
recientemente un artículo en el que recoge algunos de los resultados obtenidos
a través de diferentes estudios longitudinales prospectivos, realizados con
parejas de recién casados.
Los principales resultados recogidos en dicho artículo son los
siguientes:
De acuerdo con los últimos datos
del Centro Nacional de Estadísticas Sanitarias de EE.UU. (NCHS-National Center
for Health Statistics), factores como el origen sociocultural, el nivel
educativo, la edad a la que se contrae matrimonio, el momento en que se decide
ser padre o la existencia de problemas económicos, pueden considerarse como
predictores del fracaso conyugal.
Según un estudio llevado a cabo por psicólogos
de la Universidad de Texas, y publicado en la Revista de Psicología Familiar
(Journal of Family Psychology), el estrés influye de manera importante en las
relaciones de pareja.
En dicho estudio, se solicitó a
165 parejas de recién casados que, durante 2 semanas, realizaran un registro
diario anotando, tanto la existencia de acontecimientos estresantes (qué tipo
de situación y cuánta energía consumían para manejarla), como el tipo de
interacción con el cónyuge (positiva o negativa) y su nivel de satisfacción con
respecto a la relación.
Los datos mostraron que, en los
días más estresantes, los participantes informaban de más comportamientos
negativos hacia su pareja, a la vez que manifestaban sentirse menos satisfechos
con la relación. A la luz de estos resultados, los psicólogos concluyeron que
la energía destinada a afrontar los eventos estresantes, se restaba de la
energía necesaria para mantener una buena relación de pareja.
Otro factor considerado como
predictor de divorcio, es la existencia de dudas antes del matrimonio. En un
estudio de 2012, realizado por investigadores de la Universidad de California
(EE.UU), se encontró que las mujeres que habían experimentado dudas
prematrimoniales, tenían el doble de probabilidades de divorciarse, que aquellas
que no habían tenido ningún tipo de duda.
Asimismo, el nivel de
satisfacción marital se considera un importante factor predictor del fracaso
conyugal. Los estudios al respecto señalan que, aquellas parejas cuyo grado de
satisfacción marital declina durante los primeros cuatro años de matrimonio tienen
más posibilidades de divorciarse, frente a aquellas en las que el nivel de
satisfacción se mantiene.
A modo de conclusión, la APA
enumera una serie de pautas, avaladas por las distintas investigaciones, y
consideradas como estrategias clave a la hora de trabajar en terapia de pareja:
- Es importante intercambiar refuerzos positivos: conductas
sencillas como dar un abrazo, decir algo agradable, o tener un pequeño detalle
con la pareja (escribir una nota o dar un pequeño masaje), pueden hacer que la
otra parte se sienta especial, cuidada y amada.
- El apoyo al cónyuge es importante, no sólo en momentos de crisis sino
también en momentos de éxito, pues esto contribuye a percibir de forma positiva
la relación.
- Es necesario tratar de evitar la rutina y el aburrimiento en la
relación de pareja, introduciendo cambios positivos, y realizando
actividades variadas, novedosas y/o sorprendentes.
Fuente: http://www.infocop.es/view_article.asp?id=4565&cat=51